7 años desde que comenzó la guerra en Siria, 7 años de bombardeos, pobreza, migración, muertos…7 años, que aún siguen. Y que los artistas Kevork Mourad y Kinan Azmeh quieren dejar de relieve, combinando sus dibujos y clarinete en su obra Home Within.

La guerra en Siria se ha cobrado más de 500.000 vidas y ha desplazado a más de 11 millones de personas. Ante esta situación, estos artistas sirios no se han quedado de brazos cruzados.

En lugar de eso, decidieron unirse. Crear algo juntos. Así, fusionaron el clarinete de Kinan y los dibujos de Kevork, dando lugar a la obra Home Within. Una obra muy emocional en la que los artistas muestran las historias de familias que han sufrido la guerra a través de dibujos al son de un clarinete.

“El arte que hago no para una bala, no trae la democracia a Siria, no devuelve a aquellos que han muerto… pero da una razón por la que vivir.” – Kinan Azmeh

“Home Within” cuenta historias. Historias de familias. De niños. Historias únicas, que vistas bajo una perspectiva global, forman la historia de todo un país. Un país, con un futuro incierto.

Desde su creación hace 7 años Home Within ha ido evolucionando junto con la guerra. Durante ese tiempo, la obra ha recorrido Europa y América del Norte, mostrando los estragos que está causando la guerra en Siria… y sirviendo como medio para que la gente done por ayudar a esa causa.

En definitiva, Home Within es un claro ejemplo de que la música y el dibujo, son mucho más que brochazos y acordes. Son herramientas capaces de hacer empatizar a las personas. De conmoverlas. De cambiarlas. Y así, cambiar las situaciones.

Jeroen Koolhaas y Dre Urhahn, fundadores de Favela Painting, decidieron transformar la favela de Villa Cruzeiro en Rio de Janeiro. Así, pretenden cambiar la visión de las favelas, mostrando su cara más humana.

Todo surgió al conocer la historia de las Favelas. Estas, famosas por la violencia, son en realidad casas hechas, de manera artesanal, por soldados brasileños. Es por ello que muchas parecen inacabadas. Pero, ¿cómo serían las favelas si todas fuesen pintadas?

Con esa idea en mente, se pusieron en contacto con una ONG, y empezaron a pintar las casas de aquellas personas que querían. De este modo, hicieron su primera obra: el chico de la cometa azul.

El chico de la cometa azul - Favela Painting

Foto de la primera obra de Favela Painting: el chico de la cometa azul.aA

La noticia tuvo eco a nivel local, pero también internacional. Parecía que pintar las favelas si les podía dar una imagen diferente. Así que siguieron adelante.

Esta segunda vez hicieron las cosas de forma diferente. En vez de pintar favelas, decidieron pintar unos muros de hormigón que evitaban derrumbamientos.

Un año después, terminaron su obra. Donde antes se alzaba un horrible muro de hormigón, ahora era un río con estilo japonés. La obra, una vez más, fue todo un éxito.

Tras ese año viviendo en las favelas, conocieron a las familias que viven ahí y se dieron cuenta de una cosa. Hacía falta más arte. Porque el arte servía para transmitir la cara amable de las favelas. Cara que, la gente que no ha convivido con las personas que viven en las favelas no conoce.

Así pues, siguieron pintando. Pero, esta vez, con obras diferentes. Si querían pintar todas las favelas, tenían que ser más rápidos.

Por eso, decidieron que el arte debería ser más simple, pero igual de colorido. Esto les permitiría pintar más casas al mismo tiempo y, en definitiva, llegar a más gente.

Un mes después, lograron transformar la plaza de Santa Marta, pasando de unas casas normales, a ser casas con vida.

Plaza de Santa Marta después de ser pintada por Favela Painting

Plaza de Santa Marta después de ser pintada por Favela Painting

Desde entonces, Jeroen Koolhaas y Dre Urhahn fundaron la Favela Painting Foundation, mediante la cual ayudarían a comunidades de todo el mundo a recuperar su espíritu a través de la pintura.

De esta forma, empezaron a pintar las fachadas de muchas más ciudades. El barrio más pobre de Filadelfia, Haiti… todas las ciudades en las que pintan tienen problemas. Pero, gracias a sus pinturas, les dan una nueva vida.

Porque el arte y la cultura, en este caso la pintura, es mucho más que un simple color encima de una superficie. Es emoción, es sensación, una forma de expresarnos, de demostrar cómo somos.

En un barrio marginal de Asunción, Paraguay, nació hace 12 años un proyecto único. Este proyecto, busca la inclusión social de niños y niñas de la zona a través de la música. Pero, para ello no se valen de violines y chelos al uso. No. Los construyen ellos mismos a partir de la basura del vertedero de la zona. Bienvenidos, a la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura.

La música aporta valores, desarrolla la imaginación. Por eso, es un aspecto muy importante en el crecimiento de los jóvenes. Sobre todo en Cateura, donde no hay muchas oportunidades para sus jóvenes y, sin embargo, el peligro de la pobreza siempre acecha… Pero, ¿cómo conseguir la inclusión cultural de los jóvenes si no pueden pagarse los instrumentos?

La idea fue de Favio Chavez, fundador de la Orquesta de Instrumentos Reciclados, fue clara: reutilizar la basura del vertedero de la zona para fabricar instrumentos para los niños.

Al fin y al cabo, el vertedero de Cateura recibe 120 toneladas de residuos al mes, por lo que por falta de oportunidades para la creación de instrumentos, no será.

De esta forma, los bidones los reconvierten en chelos, las latas en guitarras, las cajas en violines, las botellas en maracas…. Las posibilidades son muchas y muy diversas.

Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura

Fuente: El País

Así, han conseguido crear instrumentos donde los demás solo veían deshechos. Y, con los instrumentos, llegan las oportunidades.

Desde son muchos los jóvenes que han podido disfrutar y aprender a tocar un instrumento. Y, más importante aún, los valores que esta transmite, como el compañerismo o la disciplina.

En definitiva, la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura es un ejemplo, al igual que “El Sistema” de que la música es necesaria para los jóvenes. Y, con un poco de creatividad, todo se puede conseguir.

Todo empezó con 15 años. JR hacia grafitis en los tejados de París con sus amigos. Cada salida era una aventura. Cada grafiti era una muestra de que él había estado ahí.

Con la idea de guardar en la memoria esos momentos, JR empezó a fotografiar e imprimir sus salidas. Y ahí es cuando todo empezó. Y es que, con 17 años, empezó a hacer sus primeras exhibiciones, pero, en una galería totalmente diferente: la calle.

Sidewalk galley JR

Una de las galerías en la calle de JR.

En noviembre de 2005, las noticias se hicieron eco de “las revueltas multitudinarias en las calles de París”. Y ahí lo vio, el cámara enfocaba a una de sus obras realizada años antes. Una foto en la que aparecían conocidos suyos, con pinta desafiante, aunque en realidad no lo fuesen.

Imagen que se hizo eco en Francia, juzgando a las personas de la foto como alborotadores.

Así que, cámara en mano, se dirigió hacia esa misma gente para fotografiarlos. Pero, esta vez, de una forma diferente. Esas mismas personas pondrían caras de “bestias”, caricaturizando las palabras que recibían de los medios.

Esas fotos, las pegó por todo París, junto con el nombre y la edad de estas personas. La idea era que la gente se diese cuenta de que esas personas que estaban “demonizando” eran, en realidad, como ellos.

La exhibición surtió efecto. Los medios de comunicación se hicieron eco de las imágenes y, un año más tarde, se pegaron en el Ayuntamiento de París. Ahí es cuando JR se dio cuenta del poder que esconde una foto.

Desde entonces, JR ha viajado por todo el mundo, con diferentes proyectos, usando la fotografía como herramienta para ayudar a visibilizar las problemáticas sociales de cada territorio.

Por ejemplo, con el proyecto Face To Face, JR demuestra que no hay diferencia en las personas de Palestina e Israel. Para ello, coloca imágenes de palestinos e israelíes con la misma profesión uno al lado del otro en ambos territorios.

Obra de JR en Palestina

Una de las obras de JR en Palestina e Israel para demostrar que son iguales.

Con el proyecto “Women are heroes”  pretende empoderar a las mujeres en países en vías de desarrollo. Para ello, anima a que los hombres de países como Brasil, Camboya, Kenya o Sierra Leona, peguen fotos de mujeres por toda la ciudad.

Estos son solo algunos de los proyectos del artista JR, entre los que se encuentra Inside Out, del cual ya hablamos.

En definitiva, JR nos demuestra que la fotografía puede ser una herramienta para hacer el mundo más humano y conseguir, con ello, un cambio. Y es que,  el arte y la cultura tienen poder transformador, solo hay que enfocarlos de la manera adecuada.

 

Cuando pensamos en esculturas, muchas veces pensamos en bloques enormes de piedra,  esculpidas con cincel… Un David de Miguel Ángel en toda regla, vaya. Nada más lejos de la realidad, la escultura es mucho más que eso. Es más, la escultura no tiene límites. Eso mismo demuestra Salavat Fidai con sus esculturas talladas en lápiz.

Tras 25 años trabajando como abogado, la crisis económica en Rusia hizo que Salavat Fidai perdiera su trabajo. En ese momento, decidió pasar del bolígrafo de oficina al lápiz, pero desde una perspectiva completamente diferente. Haría miniesculturas en los lápices.

Así, Salavat Fidai nos muestra que el arte no tiene límites y que, hasta algo tan común como un lápiz, es un mundo de posibilidades. Solo hace falta mirarlo con los ojos adecuados.  Bueno, y en su caso una lupa y un cúter.

Con esas herramientas, su creatividad y destreza, Salavat Fidai es capaz de crear maravillas como estas:

Actualmente, Salavat tarda entre seis y doce horas en hacer una estatuilla promedio. Aunque, cómo no, no todas salen a la primera. Y es que, el nivel de precisión con el que talla las figuras lleva a que tenga que repetir las esculturas en repetidas ocasiones hasta lograr la escultura final.

Hoy en día, sus mini esculturas son mundialmente conocidas. Entre sus obras, se encuentran esculturas de trenes en miniatura, representaciones de los protagonistas de Juego de Tronos y esculturas de iconos mundiales como la Torre Eiffel o la Estatua de la Libertad.

En definitiva, Salavat Fidai es un claro ejemplo de que con creatividad, paciencia y perseverancia, todo se puede.

https://youtu.be/Tx2ZVFDtThk