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Todos sabemos lo que es un mercado. Un lugar donde comprar fruta, verdura, carne… todo tipo de productos diferentes. Y sí, aunque todos los mercados sean diferentes, sin duda hay uno que destaca sobre el resto. Ese es Union Market. Un mercado que es mucho más que un lugar donde se vende comida.

 

Union Market: de producción a creación

Union Market surgió del “Central Market” de Washington. Situado entre el Capitolio y la Casa Blanca, el Central Market era un mercado privilegiado. Pero, la construcción del Archivo Nacional supuso su destrucción.

Es por ello que en 1931, se construyó el Union Terminal Market, como lugar donde realojar a los vendedores que se habían quedado sin mercado. El mercado fue creciendo, hasta alcanzar más de 700 vendedores en 1931. Pero, en 1961, el Ayuntamiento prohibió la venta de carne y huevos en la calle, forzando el cierre de muchos vendedores.

Aunque en los años siguientes el mercado mejoró su situación, todo cambió en 1989. El mercado, afectado por estar situado en una zona industrial, sufrió la pérdida de muchos vendedores. Desde Union Terminal Market lo tenían claro. O se renovaban, o el proyecto no seguía adelante. Por eso, dieron con una idea de mercado diferente. Y crearon Union Market.

 

Union Market: un lugar para la integración

Union Market es mucho más que un mercado. Su modernización ha hecho del barrio en el que se encuentra un lugar turístico. Y lo han aprovechado. Y es que, gracias a la modernización, el mercado ha conseguido generar 20.000 nuevos puestos de trabajo. Puestos, que van acompañados de viviendas que permiten que cualquier persona de cualquier clase económica tenga un hogar.

Además, desde Union Market promueven y ayudan a que los jóvenes emprendan. Y es que desde el mercado lanzaron un proyecto para que jóvenes con ideas puedan presentar sus proyectos culinarios a chefs e inversores y, si convencen, puedan ponerlos en marcha en el propio recinto.

Peor el espíritu inclusivo va más allá de lo económico. Union Market colabora con la Universidad de Gallaudet para que personas con discapacidad auditiva puedan trabajar e integrarse en la sociedad.

Amiarte es un centro de creación artística en Bilbao en el que forman y desarrollan el talento artístico de personas en situaciones difíciles. Su centro es un lugar abierto a todo tipo de personas, sin importar su origen, creencias o situación.

En AmiArte tratamos de valorar la mirada, mirar significa respeto, y desde él damos salida a las posibilidades creativas que todo ser humano tiene.

La mayoría de los alumnos del centro son inmigrantes o personas sin hogar que encuentran en Amiarte un refugio donde no existen las barreras, donde no hay prejuicios. Todos son grandes artistas con una historia en común, un pasado difícil.

En Amiarte complementan la formación en artes plásticas con clases de matemáticas e idiomas y tratan de brindar apoyo en la búsqueda de hogar o de alimento, si hiciera falta. La misión de Amiarte es la integración de estas personas a través del desarrollo de su talento artístico.

Cientos de historias reflejadas en un lienzo

El pincel se ha convertido en un idioma que todos comparten. A través de él reflejan cientos de historias y recuerdos de su pasado así como esperanzas de un futuro mejor.

(En Amiarte) me encontré con personas que ya tenían el cielo a medio hacer, ellos no tenían nada. Rumanos, italianos, mongoles, marroquíes, asiáticos… sin techo. Y en este sentido […] me encontré como en mi casa, una casa sin techo, una casa sin nada, pero una casa como dice Mikel Jáuregi, llena de calor. Rafael Redondo, Amiarte

Yo soy rumano, tengo 57 años ahora […] se me ha acabado el trabajo, se me ha acabado el dinero y ahora en Bilbao, a vivir o a morir. Ioan Buda, Amiarte.

Me llamo Ibrahim y vengo de Marruecos. A mi Amiarte me ha ayudado bastante porque yo antes de llegar aquí estaba en la calle. Después de conocer Amiarte iba subiendo poco a poco, ahora estoy en un piso gracias a los cuadros que he vendido […] estoy saliendo poco a poco adelante. Ibrahim El Sebary, Amiarte.

Sus nombres no son conocidos, pero su talento y su nivel artístico es indudable. Sus obras se exponen en galerías de arte, museos, centros culturales… Y gracias a ello, muchos pueden subsistir y encontrar en el arte una salida.

Amiarte ha logrado transformar la vida de decenas de artistas ocultos y abrir la mirada de aquellos que contemplan sus obras, que contemplan mucho más que una obra de arte.

Amiarte, un lugar para todos.

¿Alguna vez te has parado a pensar en las distintas realidades que hay en tu ciudad y no conoces? Somos personas de rutina, pasamos por las mismas calles, mismas tiendas, mismos sitios, y pocas veces vamos más allá. Por eso, muchas veces desconocemos la increíble vida cultural y social que esconden muchos barrios. Eso no debería ser así. Y eso es lo que intenta demostrar el centro de innovación en Producción Escénica Harrobia Eskena.

Como dice su lema, Harrobia Eskena es mucho más que un centro de producción escénica. Y es que, además de ser un centro de alto rendimiento de producción teatral, se preocupa por visibilizar e impulsar la vida artística del barrio en el que está situada.

 

Harrobia Eskena: teatro e inclusión

En Harrobia Eskena se han planteado renovar la imagen del barrio en el que se sitúan como ellos mejor saben: mediante el teatro. Así, son varias las iniciativas sociales que han impulsado, al margen de su actividad principal.

Destaca, por ejemplo, la primera escuela de Teatro del Oprimido del País Vasco. Una escuela abierta a todos los públicos que busca usar el arte como herramienta para solucionar conflictos. Así, consiguen vertebrar la relación de las personas con su entorno, generando barrios y ciudades más unidas.

“Fabricando Sueños”, otro de los proyectos que impulsan, busca integrar a las personas, pero de una manera diferente. En este caso, usan el teatro y la danza para que chavales en riesgo de exclusión se vean en roles sociales diferentes y se expresen.

 

Más allá de la producción teatral

En definitiva, Harrobia Eskena es un claro ejemplo de cómo el arte y la cultura pueden ayudar a la cohesión e inclusión social y la mejora de los barrios y ciudades. Porque, el teatro va de expresar. Y es, precisamente, comunicación lo que hace falta para solucionar los problemas sociales y visibilizar a los barrios.

Algunas personas creen no entender el arte… y menos aún el arte contemporáneo. Pero eso no tendría por qué ser así. Porque, el arte inspira, motiva, nos hace crecer y mejorar nuestras vidas. Esa es la filosofía que siguen The heArt Ambassadors, una organización que busca acercar el arte a toda la ciudadanía.

 

The heArt Ambassadors para para todos

Desde The heArt Ambassadors tienen una idea clara: el arte contemporáneo no es para grupos privilegiados de la sociedad. No. Todo el mundo puede (y debería) entender, el arte. ¿Por qué? Pues porque es una forma de expresarnos, abrir nuestra mente, pensar diferente.

Desde The heArt Ambassadors acercan el arte a todas las personas de la sociedad, centrándose, sobre todo, en los grupos en riesgo de exclusión. Para ello, los Heart Embassadors ponen a disposición, de forma altruista, su conocimiento e ilusión para que la gente descubra el arte.

 

Arte para asociaciones y ONGs

Pero, ¿cómo puedes acercar el arte a las personas en riesgo de exclusión? En este mismo blog, hemos visto muchas formas de acercar la cultur. Desde pintar en la calle para inspirar, como hace Let’s Colour, a enseñarlo directamente, como la Fundación Boteritos.

En el caso de The heArt Ambassadors, el enfoque es diferente. Esta organización colabora con ONGs y asociaciones para acercar la cultura a personas en riesgo de exclusión. Es decir, ofrecen su conocimiento a las organizaciones que quieran. Así, pueden llegar a muchas personas diferentes, con necesidades y entornos diferentes.